Descubre el hidrógeno verde, la alternativa a los combustibles fósiles que promete una transición hacia energía limpia.
El hidrógeno verde se perfila como la mejor alternativa a los combustibles fósiles en el medio y largo plazo. Su capacidad para reemplazar al gas natural y la gasolina con mínimas modificaciones en motores y depósitos facilita la transición hacia una energía limpia sin afectar drásticamente industrias clave como la automoción y la maquinaria industrial.
Sin embargo, no todo el hidrógeno es igual. Existen tres métodos principales de producción:
Aquí nos centraremos en el hidrógeno verde, analizando su viabilidad y su impacto en el sistema energético global.
El hidrógeno verde se obtiene mediante electrólisis del agua, un proceso que separa el hidrógeno (H₂) del oxígeno (O₂) utilizando electricidad. Cuando se quema, el hidrógeno se recombina con el oxígeno para formar agua, cerrando así un ciclo limpio.
El 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua, lo que hace parecer que su producción sería ilimitada. No obstante, existen desafíos técnicos y económicos que deben considerarse.
La producción de hidrógeno a partir del agua sigue esta relación química:
Dado que el peso molecular del agua es 18 g/mol, se obtiene 0,111 kg de hidrógeno y 0,888 kg de oxígeno por cada kilogramo de agua pura utilizada. Esto significa que para obtener 1 kg de hidrógeno se requieren 9 kg de agua. Si el agua tiene impurezas, la eficiencia se reduce considerablemente, haciendo necesario su proceso de desalinización en el caso del agua marina.
El problema de la desalinización es que genera un subproducto no deseado: salmuera, cuya descarga en la costa puede dañar los ecosistemas marinos. Además, la desalinización requiere un consumo energético adicional, aumentando el coste final del hidrógeno.
Actualmente, el hidrógeno verde tiene un coste de producción de entre 3 y 8 €/kg, lo que con márgenes comerciales lo sitúa en torno a 10 €/kg en el mercado. Un vehículo de hidrógeno consume 1 kg por cada 100 km, lo que equivale a 10 €/100 km. Comparado con los combustibles fósiles, esta cifra aún es elevada, pero tiene margen de reducción con avances tecnológicos y economías de escala.
A pesar de la escasez de agua dulce en España, el análisis matemático demuestra que es viable producir el hidrógeno necesario para el parque automovilístico sin comprometer los recursos hídricos:
Si la producción de hidrógeno verde baja a 1 €/kg, el coste del combustible por cada 100 km se reduciría a 1 €, haciéndolo más competitivo que la gasolina y el diésel. Esto es posible con:
En este sentido, empresarios como Fernando Roig, presidente del Villarreal CF, han apostado por la producción de hidrógeno en sustitución del gas natural en su industria. Su tecnología promete producir tres veces más hidrógeno que las plantas actuales, reduciendo el coste a 1 €/kg y acercándolo a la paridad con los combustibles fósiles.
El hidrógeno no es una fuente de energía, sino un vector energético. Su principal ventaja es la capacidad de almacenamiento, algo crucial para las energías renovables:
Este sistema permitiría estabilizar la red eléctrica, resolviendo el problema de intermitencia de las renovables.
Si se superan los prejuicios contra la energía nuclear de última generación, la producción de hidrógeno podría ser aún más eficiente. Los reactores nucleares modulares refrigerados con sales de flúor son una opción segura y rentable:
El hidrógeno verde es la alternativa más viable para la descarbonización del transporte y la industria. Con un coste actual de 3-8 €/kg, ya es competitivo en ciertos sectores. Si la tecnología avanza y se logran reducir los costes a 1 €/kg, se convertirá en la opción dominante frente a los combustibles fósiles y las baterías de litio, ofreciendo una solución limpia, eficiente y segura para la transición energética.
Con el respaldo de la Unión Europea y el desarrollo de infraestructuras, el hidrógeno verde tiene el potencial de revolucionar el modelo energético global en la próxima década.
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